El caserío de Burgui se agrupa en la margen derecha del río Esca en posición escalonada. Se caracteriza por sus calles empedradas y las casonas de teja curva y tejados bastante apuntados con aleros saledizos.
En su término se encuentran importantes valores naturalísticos como las Balsas de Sasi o
la Foz de Burgui, declarada Reserva Natural y que cuenta con una de las mayores colonias de buitres de Europa, junto con numerosas aves rupícolas que anidan en sus acantilados.
En la actualidad, la almadía se ha convertido en un símbolo de identidad del pueblo de Burgui gracias al empeño de la Asociación Cultural de Almadieros Navarros por celebrar el
Día de la Almadía como reconocimiento y homenaje al oficio de almadiero.
Burgui, pueblo de los oficiosEn un tiempo en el que los avances tecnológicos protagonizan nuestra vida diaria, Burgui regala al visitante un delicioso
reencuentro con el pasado. Así, a través de la senda de los oficios, un cómodo recorrido circular de 4 kilómetros, conoceremos diversos elementos que formaban parte de la vida de antaño. El itinerario incluye el
puente medieval que representa el oficio de cantero, una
almadía a tamaño natural, un
horno de pan, una
carbonera, una
nevera medieval, una
calera y un
aserradero antiguo. Elementos etnográficos recuperados con el fin de preservar el sello de identidad de este territorio.
El
horno de pan y la
carbonera están resguardados por una cubierta de madera a cuatro aguas con teja característica. La techumbre sirve también como homenaje al centenario trabajo de tejero. Por su parte, la carbonera está dispuesta de tal manera que permite apreciar la chimenea interior que perfila la madera. Además, está revestida por ramas y tierra tal como mandan los cánones antiguos.
La
nivera o nevera medieval es en realidad un pozo subterráneo donde la nieve se podía mantener limpia hasta el verano. Su estructura recuerda a las pallozas celtas y resulta muy llamativa. La base inferior es circular de sillar y sobre ella se levanta una amplia cubierta cónica de teja de tablilla sostenida por troncos de madera.
Por último, la
calera es un horno de piedra caliza en forma de cúpula en el que se producía la cal para enlucir las fachadas de las casas.